No tengo sentimientos
excepto solo para las piedras
No tengo amigos
excepto solo mis cuatro paredes
No tengo sueños
excepto solo el filo de la memoria en mi cuerpo
No tengo luz
excepto solo la herida del sol en mis entrañas
Es tiempo entonces para bajar al mercado
y regatear mi nueva máscara
Así habló
la última noche Antinoo.
En todo caso en el mercado
nadie por la mañana lo encontró
Muchos siglos después
(para su propio tiempo)
tomó además el un puesto en el museo.
Trad. V.L.
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